canciones tristes, promesas vacías, recuerdo de besos ...la vida mía...

Mi nombre es Darla, y esta es la historia de cómo llegué aquí, recluida en un centro psiquiátrico, rodeada de personas con diferentes trastornos, cada uno sanando diferentes aspectos. Por suerte me dejan usar mi computadora una vez a la semana, el asunto es que quiero contarles cómo llegué aquí. Y no crean esas falsas historias que leen de mi, en el noticiero o en esa nueva película de Netflix, llamada "Darla perdió la cabeza" la verdad es que fui una chica normal, llena de sueños, con grandes talentos, pero dejé que el amor se apoderara de mí, y entonces perdí parte de mi conciencia, haciendo cosas que no estaban moralmente correctas. Solía creer que ver una película, mientras leía y escuchaba música era un acto "normal" pero luego de descubrir lo que era el TDAH por sus siglas significa Trastorno por déficit de atención e hiperactividad. No volví a ver una situación como esta como un acto simple de una persona común. Fue en terapia que pude descubrirlo. Así como descubrí otras patologías mentales. Y la manera en que me llevo a esto, fue que me rompieron el corazón, y no una vez sino dos veces. Pero primero quiero contarles como llegue allí, a una sala de terapia con un doctor de 60 años contándole como de una manera insólita me enamore de un desconocido, de alguien que nunca he visto, pero que tuvimos una conexión mágica desde el primer mensaje. Y fue este individuo quien me llevó a terapia y peor aún, al lugar donde terminé. Personajes ficticios, la historia tiene un poco de fantasía, pero los trastornos psicológicos son reales. Historia original, no se permiten copias sin permiso. Espero les guste, no olviden dejar una estrellita <3

Erea tiene 20 años y el doble de su edad en responsabilidades. Erea no quiere enamorarse, a pesar de llevar el nombre de una doncella de leyenda que murió justo por amor. Pero entonces, Erea conoce a Simon, un chico con aires de intelectual que parece saberlo todo. Y Erea intenta escapar de la tentación, sin saber que hay sensaciones que son imposibles de controlar. Menos cuando estas sensaciones vienen en partida doble