Poemario con el que te invito a la contemplación y la introspección, explorando temas como la muerte y el amor, desde una perspectiva reflexiva, filosófica y poética. Represento a la poesía como una expresión silenciosa pero resonante, donde las metáforas crean ecos infinitos, en la gran caverna que es la vida y lo que pueda llegar a haber luego de ella.

No hay buenos escritores, sino buenos vivientes.

Una vez, en terapia, hablé sobre que a veces dejar que el tiempo pase no es suficiente para que ciertas cosas sanen, sino que, a veces, es mejor hablar, o escribir, y sacar de adentro lo que necesita salir para poder dejarlo atrás, o seguir conviviendo con aquello, pero de manera más amena. Entonces esa frase salió de mí, como un mantra al que rendirle tributo todos los días. Porque yo creo que, a veces, el tiempo no cura lo que la palabra sí.