Lágrimas en un rostro estoico
Según lo que había escuchado, uno habitualmente tiene "golpes de suerte". Pero Chūya, parecía atraer meros golpes de desgracia. Fue al finalizar una misión sofocante, que inesperadamente parte del techo calló sobre su cabeza sin darle tiempo a reaccionar. Se despertó en la Port Mafia, siendo atendido por médicos en d...