El sofocante calor y el insoportable frío se entrelazaron y convirtieron en uno, inundando la habitación de una cómoda calidez. En esta habitación, dos jóvenes enamorados disfrutaban de su intimidad entre toses y risas, ignorando las consecuencias de sus actos, disfrutando del momento que les pertenecía solo a ellos. Porque a pesar del resfriado que atormentaba a Scaramocuhe, Ajax estaba dispuesto a demostrarle lo muy enamorado que estaba de él.