𝐓𝐡𝐞 𝐌𝐚𝐢𝐝𝐞𝐧 𝐨𝐟 𝐅𝐢𝐫𝐞 𝐚𝐧𝐝 𝐁𝐥𝐨𝐨𝐝 En un mundo donde la guerra era el latido de la tierra, nació una niña destinada no a la infancia, sino a la batalla. Forjada entre sangre y acero, fue criada como un arma viviente, sin sueños ni libertad. Su cabello rojo como brasas la convirtió en símbolo de victoria y temor, y en los campos de la Guerra de los Cien Años la conocieron como La Doncella de Fuego: la encarnación del incendio que devoraba a los enemigos. Pero entonces apareció Edward Masen, alguien diferente a todo lo que conocía. Con él descubrió que no era solo un arma, que su existencia podía ser más que muerte y ceniza. Por primera vez, la guerra dejó de ser su única patria y empezó a explorar el mundo con otros ojos, sin necesidad de matar a nadie. Así, entre tragedia y esperanza, la Doncella de Fuego comenzó a descubrir que incluso en medio de las ruinas podía arder una llama distinta: la del amor, la libertad y la vida que nunca creyó merecer.