Matryoshka.
Ella era rusa, con un cabello tan rubio y brillante como el oro, sus ojos eran de un azul tan frío que recordaban a una tormenta de nieve, sin embargo también había calidez en ellos, como el sol que se alzaba tras la tormenta. Tenía una sonrisa perfecta con dientes absolutamente rectos y tan blancos que deslumbraban...