Leonel Avila es el universitario más codiciado de la Universidad Urquía; físicamente atractivo, con un intelecto aceptable, bolsillo pesado, pero, sobre todo, con estándares de belleza ridículos. Hace años, sus antepasados varones escribieron un manual llamado "Leyes para conquistar el Ávila", las leyes o requisitos para las chicas interesadas en encajar en sus vidas amorosas. Estas leyes se han cumplido de generación en generación por todos los hombres de la familia, haciendo casi imposible que una universitaria promedio quepa entre todas las cualidades. María Carolina Castillo es una urquiana más, huérfana, habitante de Las Mercedes, oriunda de los arrabales, ella está interesada en ser el foco del inalcanzable Leonel Ávila, ¿por ambición o simple atracción? no lo sabemos. La cosa comienza a ponerse más difícil cuando una de las normas del "Leyes para conquistar el Ávila" es que la chica tenga padre, entonces María Carolina deberá conseguir uno cueste lo que cueste para intentar ser novia de Leonel. Pero, ¿realmente será ese su único objetivo?

Miranda tiene continuas pesadillas con una chica que intenta transmitirle un mensaje, el cual ella no consigue descifrar. Al igual que la chica de sus anómalas visiones, Sareenah, su cuerpo será tomado en contra de su voluntad para fines sádicos, precio de la sed pedófila de una fuerza incognoscible. Al hastiarse de la situación, Miranda se revelará y todos la tomarán por loca, llevándola a ejecutar aquel mensaje por medio de una presunta condena justa y, de paso, a conocer a la remitente.

¿Qué pasa si los Dioses renacen y se mantienen involuntariamente cautivos de un internado psiquiátrico? Lo lógico es que no serán prisioneros de patéticos humanos durante mucho tiempo. Los pacientes con trastornos y filias más delicadas se ponen de acuerdo para elaborar un plan que los sacará del suplicio de ser tratados como enfermos cuando sus mentes juran que son superiores. En la ejecución, disfrutarán de arrebatar la vitalidad y hasta el más recóndito aliento de las bestias que los encarcelaban. Huyeron para reinar, y aunque no será posible hacerlo de manera escandalosa, los Dioses reunirán un séquito de admiradores que aplaudirá su clandestina gloria en el más indeleble, prestigioso e infame club dirigido por Zeus y constituido por esculturas ambulantes con dones excepcionales e innatos. Bienvenido a Olympus, su disfrute será ineludible apenas se tope con alguno de los fugitivos.

Tras la muerte de su tía, Débora debe viajar a Venezuela para reencontrarse con su padre después de varios años. En este país completamente desconocido para ella, tendrá que adaptarse a su jerga, sus costumbres y su gente. La pareja de su padre le resulta bastante carismática y agradable. ¿Qué podría salir mal en ese nuevo comienzo? Ah, por supuesto, la simple existencia de su hermanastro mala conducta que, más que detestarla, pondrá su mundo patas arriba. Entre insultos, bromas pesadas y muchas discusiones, ambos se verán envueltos en un nuevo sentimiento mutuo que, en definitiva, terminará siendo completamente opuesto al odio.

Harper es una adolescente rebelde e indómita que traza toda una utopía casi perfecta para irse de vacaciones con Donovan, un sensual cuarentón con el cual sextea en Tinder desde varios meses atrás. De camino a sus vacaciones de ensueño, una emisora de la radio relata la terrible noticia de que un feminicida serial está suelto por todo el país, y desde entonces su plan se echa a perder. El coche de Donovan se detiene en medio de la carretera y Harper se ve obligada a pasar la noche en un Motel que le transmite un mal augurio de solo mirarlo. Entre diversos sospechosos, penumbra, mentes maestras e intensas movidas de ajedrez, Harper tendrá que averiguar la identidad del asesino mientras batalla para sobrevivir a él y no ser una más en las estadísticas de la radio.