El corazón de Eira siempre fue tan frágil como un copo de nieve, aunque durante toda su corta vida intentara ocultarlo. Sus días más tristes transcurrieron envueltos en una cortina de hielo que caía con delicadeza. Y cuando decidió morir, lo hizo sobre un manto blanco que parecía no tener principio ni final. Durante catorce inviernos, Eira vivió como si el frío fuera eterno, como si la nieve no se derritiera nunca, ni siquiera en primavera. Pero Dios tenía otros planes para su vida. Él deseaba derretir el hielo de su alma, arrancar la tristeza y el miedo que la seguían como sombras... solo que Eira no estaba segura de querer abrazar esa calidez que prometía sanarla. Después de huir de casa para evitar el matrimonio forzado con su amigo de la infancia, Eira emprende un viaje hacia El Lejano Oeste, el único lugar donde su padre prometió que podría encontrarlo... si algún día decidía buscarlo. Lo que Eira no sabía es que llegar allí podría convertirse en la peor desgracia de su existencia... o en su mayor bendición. ❆ 𝑻𝒐𝒅𝒐𝒔 𝒍𝒐𝒔 𝒅𝒆𝒓𝒆𝒄𝒉𝒐𝒔 𝒓𝒆𝒔𝒆𝒓𝒗𝒂𝒅𝒐𝒔 ❆