jessieduarte98
Él no pidió enamorarse.
Ella no pidió ser vendida.
Cuando los padres de Annaya se arrodillaron frente a un hombre apodado Vikingo, no sabían que estaban entregando más que una deuda.
La casa se llenó de armas.
El poder cambió de manos.
Y su vida también.
Ahora ella es Güera, suya por derecho, por sangre, por obsesión.
Lo que comenzó como un juego de poder se convirtió en un laberinto de deseo, violencia y sumisión.
Bienvenida al mundo de la mafia. Aquí el amor duele... y el placer arde.