Cuando tu vecino es un dios griego digno de ser alabado como se merece y deseas desesperadamente hablar con él, no se te ocurre otra cosa que llamar a su puerta y pedirle sal.
Broma;
f. Burla, dicho o hecho que se hace a alguien para reírse de él sin intención de molestarle.
La única diferencia es que mi intención es molestarle.