"𝙀𝙡 𝙛𝙞𝙣𝙖𝙡 𝙨𝙞𝙚𝙢𝙥𝙧𝙚 𝙨𝙤𝙧𝙥𝙧𝙚𝙣𝙙𝙚, 𝙖𝙪𝙣𝙦𝙪𝙚 𝙚𝙨𝙩𝙚́ 𝙚𝙨𝙘𝙧𝙞𝙩𝙤 𝙙𝙚𝙨𝙙𝙚 𝙚𝙡 𝙥𝙧𝙞𝙣𝙘𝙞𝙥𝙞𝙤." ─Tu no puedes querer a nadie, porque para eso necesitas un corazón..─ Musitó la pelinegra, con sus mejillas empapadas de lágrimas y sus muñecas ensangrentadas por la fuerza que emitía al querer liberarse. ─Te sorprendería lo blando que me he estado portando contigo, muñeca.─ Soltó el de trenzas, con una sonrisa burlona, pasando su lengua juguetonamente por su piercing. Lydia Miller, una joven de segundo año en la universidad, quien toda su vida ha sido agredida con insultos y golpes por parte de su padre ya que su progenitora murió en un accidente de auto, cuando ella tenía tan solo 8 años, después de todo eso, su vida se vino abajo, su progenitor comenzó a hundirse en el alcohol y dejar de lado sus responsabilidades como padre. Tom Kaulitz, uno de los narcotraficantes más jóvenes y temidos de su territorio, este mismo le prestó una gran cantidad de dinero al padre de la menor, pero el mayor nunca pudo, ni quiso completar su deuda con el de trenzas, así que este se cobrará de una manera diferente, muy diferente.

𝙄𝙨𝙖𝙗𝙚𝙡𝙡𝙖 𝙍𝙞𝙘𝙝𝙖𝙧𝙙𝙨 𝙩𝙞𝙚𝙣𝙚 15 𝙖ñ𝙤𝙨, 𝙚𝙨 𝙪𝙣𝙖 𝙘𝙝𝙞𝙘𝙖 𝙢𝙪𝙮 𝙞𝙣𝙤𝙘𝙚𝙣𝙩𝙚, 𝙖𝙢𝙖𝙗𝙡𝙚 𝙘𝙤𝙣 𝙡𝙤𝙨 𝙙𝙚𝙢á𝙨,𝙞𝙣𝙩𝙚𝙡𝙞𝙟𝙚𝙣𝙩𝙚 𝙮 𝙢𝙪𝙮 𝙝𝙚𝙧𝙢𝙤𝙨𝙖, 𝙫𝙞𝙫𝙚 𝙘𝙤𝙣 𝙨𝙪 𝙥𝙖𝙙𝙧𝙚,𝙖𝙡𝙜𝙤 𝙚𝙨𝙩𝙧𝙞𝙘𝙩𝙤 𝙥𝙚𝙧𝙤 𝙢𝙪𝙮 𝙘𝙖𝙧𝙞ñ𝙤𝙨𝙤, 𝙝𝙖𝙨𝙩𝙖 𝙦𝙪𝙚 𝙪𝙣 𝙙í𝙖 𝙘𝙤𝙣𝙤𝙘𝙚 𝙖 𝙖𝙡𝙜𝙪𝙞𝙚𝙣 𝙦𝙪𝙚 𝙥𝙪𝙚𝙙𝙚 𝙦𝙪𝙚 𝙖𝙘𝙖𝙗𝙚 𝙘𝙤𝙣 𝙩𝙤𝙙𝙤 𝙡𝙤 𝙗𝙪𝙚𝙣𝙤 𝙏𝙤𝙢:𝙖𝙗𝙧𝙚 𝙚𝙨𝙖𝙨 𝙡𝙞𝙣𝙙𝙖𝙨 𝙥𝙞𝙚𝙧𝙣𝙖𝙨 𝙄𝙨𝙖𝙗𝙚𝙡𝙡𝙖:𝙉...𝙣𝙤 𝙥𝙪𝙚𝙙𝙤-𝙙𝙞𝙟𝙤 𝙡𝙖 𝙟𝙤𝙫𝙚𝙣 𝙢𝙪𝙮 𝙣𝙚𝙧𝙫𝙞𝙤𝙨𝙖-𝙢𝙚 𝙙𝙖....𝙫..𝙫𝙚𝙧𝙜ü𝙚𝙣𝙯𝙖-𝙙𝙞𝙟𝙤 𝙚𝙨𝙤 𝙢𝙞𝙚𝙣𝙩𝙧𝙖𝙨 𝙨𝙚 𝙨𝙤𝙣𝙧𝙤𝙟𝙖𝙗𝙖- 𝙏𝙤𝙢:𝙣𝙤 𝙩𝙚 𝙩𝙞𝙚𝙣𝙚𝙨 𝙥𝙤𝙧𝙦𝙪𝙚 𝙖𝙫𝙚𝙧𝙜𝙤𝙣𝙯𝙖𝙧, 𝙚𝙨𝙩á𝙨 𝙘𝙤𝙨𝙖𝙨 𝙡𝙖𝙨 𝙝𝙖𝙘𝙚𝙣 𝙡𝙤𝙨 𝙣𝙤𝙫𝙞𝙤𝙨 𝙮 𝙚𝙨 𝙘𝙤𝙢𝙥𝙡𝙚𝙩𝙖𝙢𝙚𝙣𝙩𝙚 𝙣𝙤𝙧𝙢𝙖𝙡 𝙄𝙨𝙖𝙗𝙚𝙡𝙡𝙖:𝙮....𝙨𝙞 𝙖𝙡𝙜𝙪𝙞𝙚𝙣 𝙣𝙤𝙨 𝙫𝙚? 𝙏𝙤𝙢:𝙖𝙗𝙧𝙚 𝙡𝙖𝙨 𝙥𝙞𝙚𝙧𝙣𝙖𝙨-𝙇𝙚 𝙙𝙞𝙟𝙤 𝙨𝙚𝙧𝙞𝙤 𝙮 𝙘𝙤𝙡𝙤𝙘𝙖𝙣𝙙𝙤 𝙡𝙖 𝙫𝙤𝙯 𝙢á𝙨 𝙜𝙧𝙖𝙫𝙚-𝙤 𝙥𝙧𝙚𝙛𝙞𝙚𝙧𝙚𝙨 𝙦𝙪𝙚 𝙡𝙤 𝙝𝙖𝙜𝙖 𝙮𝙤