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Nadie recuerda cuándo comenzaron las grietas.
Pero todos recuerdan el día en que los ecos rugieron por primera vez.
La Tierra, alguna vez normal, fue desgarrada por fuerzas más allá de la comprensión humana. Desde las entrañas del universo, comenzaron a surgir criaturas colosales: Entidades del Eco, monstruos imposibles, nacidos como una respuesta -como un castigo- a algo que nunca debió existir.
Cada entidad porta un espíritu dentro. Al destruirlas, esos espíritus pueden ser absorbidos por humanos, otorgándoles habilidades extraordinarias. Pero no son los únicos: hay espíritus naturales que eligen a las personas al nacer, como si el universo premiara a quienes aprueba.
Kael nunca fue elegido.
Hijo de una noble familia destruida por la guerra, creció entre polvo, hambre y peleas clandestinas. Su alma vacía lo condenó a ser menos que los demás, sin espíritu, sin rumbo... sin destino.
Hasta que lo imposible sucedió.
En lo más profundo de su ser despertó algo olvidado.
Nullar, un espíritu que no debería existir.
Una falla del universo, una sombra arrojada fuera del orden cósmico, un dios incompleto que alguna vez amó y perdió, y cuya existencia fue borrada por miedo a su poder.
Nadie más lo puede ver.
Nadie más lo puede soportar.
Pero él está ahí.
Y Kael, cuya existencia fue una anomalía dentro del tejido del universo, se convierte en el único capaz de contenerlo.
Mientras el mundo combate a las Entidades del Eco, mientras los gobiernos caen y nuevos sistemas de poder nacen, una pregunta empieza a formarse en el corazón del caos:
¿Y si el verdadero enemigo del universo... no es el caos, sino su intento desesperado por imponer orden?
El chico sin espíritu.
El espíritu sin lugar.
Una historia donde cada paso desafía al destino, y cada batalla resuena con el eco de una verdad prohibida.