Finalmente lo habían logrado. Después de varias generaciones de cazadoras, tras años de lucha y sufrimiento, la Honmoon estaba restaurada y Gwi-Ma derrotado. Estaban eufóricas. Más felices que nunca. Por fin podían experimentar cosas simples que habían anhelado por mucho tiempo, como ir juntas a los baños y disfrutar un momento de relajación, como cualquier otro grupo de amigas. Salvo que ellas no eran ordinarias. Eran artistas y unas muy famosas. Y con su "presentación" tras los Premios Idol, la fama de Huntrix se catapultó a nivel mundial. Sus canciones llegaban incluso a lugares tan remotos como Siberia o pueblos remotos de Latinoamérica, y recibían miles de mensajes en redes sociales en distintos idiomas. Durante su descanso, se tomaban el tiempo de leer cada uno con una sonrisa sincera. Por eso, volver a los escenarios y componer no fue una decisión difícil. Sus fans siempre serían su mayor motivación. Pero eso... no siempre es suficiente. Sí, disfrutaron de una paz casi irreal. Se unieron más. Reían, compartían y curaban sus heridas. Pero al regresar al escenario, se dieron cuenta de algo incómodo: Aunque su amistad era más fuerte que nunca, su coordinación como grupo estaba en declive. Y como si eso fuera poco comenzaron los sueños. Las marcas. Las voces Sus recuerdos se mezclaban con visiones imposibles. Y justo cuando creían haber cerrado el telón de su historia con los Saja Boys, los ecos de lo que vivieron comenzaron a regresar... más vivos y poderosos que nunca.