La tentación de Edén.
El pecho me arde, las piernas me tiemblan y mi boca pasa saliva cuando lo veo a él, precisamente a él, mi mayor tentación deambulando por los pasillos. Lo nuestro no está bien. Es insano, incorrecto, e inclusive va en contra de todas nuestras reglas morales y bien vistas. Yo no debería de desearlo cómo lo hago. No de...