honey_mooon
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Nadie estaba preparado para ellos. Ella, con su impecable control sobre cada mirada y cada palabra. Él, con su habilidad innata para convertir el silencio en ruido y la calma en caos. Regina George y Rodrick Heffley no podrían haber sido más distintos: ella buscaba orden, él vivía del desorden; ella analizaba, él improvisaba.
Sin embargo, entre pasillos llenos de murmullos y miradas cruzadas, algo empezó a cambiar. Lo que comenzó como una rivalidad silenciosa se transformó en una tensión difícil de nombrar, en una curiosidad que ninguno se atrevía a admitir. Porque a veces, el verdadero conflicto no está en lo que se dice, sino en lo que se intenta ocultar.