Cinco, seis, siete, ocho... Mi nombre es Salem, así como el condado de Estados Unidos, no sé que tanto saben de esa historia, mi familia sabe lo básico y creyeron que el nombre era ideal para mí. Salem es el lugar donde se realizaron los mayores juicios por brujería, ante un pueblo que estaba reacio a ser consciente de que la historia y el mundo cambia, esto fue en el año 1692. Las mayores catástrofes siempre han sido por grupos de gente con miedo a lo que no conocen. Es por esto que considero que mi nombre siempre definió un par de cosas de mí. Una de ellas es que, con los años, mi vida cambió y es porque jamás tuve miedo a lo desconocido, lo que me llevó a aferrarme a la idea de que él, con su caos natural y sus teorías casi siempre desacertadas , era mi salvación. Libro 3 de la saga F1.

Solía creer que el amor era trágico, que el amor una vez que lo encuentras tienes los días contados, ya seas tú o ese dichoso enamoramiento. Y es que realmente lo detesto, me cae mal y hay veces que mi cabeza planea como eliminarlo de la tierra, pero el destino es jodido y él es quién hace que mi corazón funcione, quién hace que entienda que la palabra amor no solo es terrorífica sino que también jodidamente hermosa. Libro 2 de la saga F1.

Creo en las coincidencias, creo fielmente que las buenas cosas tardan en llegar pero cuando aparecen son espectaculares, además de impredecibles. Ojos verdes, cabello castaño desordenado, labios que piden a gritos por mí y esa sonrisa que me hace temblar, él es esa tentación por la que sabes que cederás. Es que solo bastó una noche para caer ante él, ante su hechizo y entender que jamás nadie lo iba a poder superar. Él cambio mi vida sin darse cuenta y aún así no se nada más que su nombre. Libro 1 de la saga F1.