¿Sabéis qué me jode casi tanto como Septiembre?
Las secuelas de ese mes, las secuelas de no poder conectar con quien fui una vez y por lo tanto, aquello que ocurre en el silencio del Otoño, cuando los árboles mueren entre susurros inaudibles y yo, yo muero con ellos.
Y no he caído, pero me lo parece.
Encerrado en cuatro paredes
Alguien escribe una poesía
Y me pide acompañarle, no me apetece
No escribo, mi realidad de belleza carece
Y no me había dado cuenta, pero en ese momento llovía.
Cansado de todo aquel subnormal que me rodea, cansado incluso de mi, he respondido a mis instintos más primarios sin hacer caso a la razón, respondo a mis emociones reprimidas durante años, para así quedarme de una vez por todas tranquilo.