ChocoFresass
En medio de una cruel guerra territorial entre dos naciones, dos hermanos luchan por sobrevivir. Duxo, un guerrero legendario, había ganado fama en medio del caos, alzando su espada en nombre del territorio al que juró lealtad. Su sola presencia infundía temor al enemigo, era un monstruo en persona que destrozaba todo sin piedad. Sin embargo, incluso la criatura más temible tiene su punto débil, y para Duxo, esa debilidad era su hermano.
A pesar de ser un pilar esencial en el ejército, Duxo tenía una misión aún más importante: proteger a su único familiar. Su hermano menor era su mayor tesoro, la razón por la que luchaba y soportaba la sangre en sus manos. Todo lo hacía por él y su futuro.
Aquino, un niño de mirada relajada y cabello castaño rizado, era el orgullo de Duxo. Con solo cuatro años, ya demostraba una inteligencia y perspicacia fuera de lo común, cualidades que llenaban de orgullo al temido guerrero. Aquino era la única luz en el sombrío mundo de Duxo, el que aliviaba el peso de las vidas arrebatadas por su espada. Era, simplemente, todo lo que tenía.
Sin embargo, en un mundo dominado por la lucha constante, tener una debilidad es un peligro mortal. Y más aún cuando esa debilidad se convierte en el blanco de quienes desean verte caer. Duxo lo sabía bien, y por ello era extremadamente protector con Aquino. Pero ni siquiera toda su cautela fue suficiente para evitar la tormenta que se avecinaba.
Un día, como cualquier otro, Aquino desapareció. Fue como si la tierra se lo hubiera tragado. No dejó rastro, aviso ni señal de lo ocurrido. Nadie lo vio partir; simplemente, se fue.
La repentina desaparición de su hermano sumió a Duxo en un estado de caos y desesperación. En menos de una semana, el guerrero cayó presa de la locura.
¿Y Aquino? ¿A dónde fue? Para entender su destino, es necesario volver al principio. Conozcamos, entonces, la historia de estos dos hermanos y el camino que los llevó al borde del abismo.