Han y Lee Know nunca fueron opuestos. Fueron espejos: dos almas partidas encontrándose en el momento menos seguro y más urgente. Uno de ellos busca respirar después de años de hundirse en silencio. El otro aprende a olvidar su propio dolor mientras intenta curar el ajeno. Lo que comienza como una compañía inesperada se convierte, poco a poco, en algo más profundo. Más necesario. Más inevitable. Pero hay amores que no se construyen con finales felices. Hay vínculos que sanan... a costa de dejar cicatrices. Entre días compartidos, silencios que gritan, y abrazos que llegan tarde, esta historia narra cómo dos personas se aman con tanta fuerza, que se olvidan de sí mismas en el proceso. Y cómo incluso el amor más puro puede ser... el más doloroso. "No todos los que se aman se salvan. Algunos solo aprenden a despedirse en voz baja." Dos personas que se dieron todo... pero no pudieron darse el final que merecían.