Emina1412kid
Desde la primera vez que lo vi, supe que Moisés sería mi condena. Tenía esa luz que no se apaga, esa elegancia que ni el poder puede comprar. Todos buscaban mi atención, pero yo solo veía a él... y él, simplemente, no me veía. Me ignoraba como si fuera cualquiera, como si no llevara una corona sobre mi cabeza.
Esa indiferencia me rompió el orgullo y me encendió el deseo. Intenté acercarme, hablarle, sonreírle... nada. Cuanto más lo alejaba su silencio, más lo necesitaba. Lo quise con palabras, con gestos, con paciencia... pero él seguía sin mirarme.
Entonces entendí algo: si no venía a mí por las buenas, lo haría por las malas. No permitiría que nadie más lo tocara, que nadie más pronunciara su nombre.
Eres mío, Moisés. Solo mío. Y aunque tenga que quemar el mundo entero para tenerte, lo haré sin dudar.