Caos
Yo no estaba buscando nada, hasta que la nada chocó conmigo en la acera de la calle de una cafetería concurrida. De todas las personas que tenía que arrollar, es precisamente él, el cuñado de mi hermana, el egocéntrico alemán de más de un metro ochenta con sonrisa ladeada y un cuerpo eclipsante. Tenía que ser justo cu...