Saraygildiaz
Carmen Capat, su maldito nombre hace incluso que se me humedezcan los labios, debería odiarla, debería cortarle la garganta delante de su padre para hacerle sufrir al muy hijo de puta. Pero lo único que deseo es meterme en sus bragas, la maldita niña se convirtió en mujer antes incluso de pasar la barrera de la mayoría de edad. Tenía el cuerpo cubierto de tatuajes, en los de mi clase, los cambiantes, se lleva mucho hacerse tatuajes, incluso yo tengo alguno. Pero Carmen podría dejarse algún hueco en su jodida piel para no sé, poder ponerse los sábados por la noche los malditos sellos de los afters a los que va. Sin que ella lo sepa tengo a un equipo de demonios tras ella. Los odio, odio todo lo que la rodea o la toca, mi puta obsesión por ella comenzó cuando solamente tenía quince años.