No me olvides, por favor (Jack Frost y tu)
Siempre me ha de seguir una extraña ventisca que me hiela hasta los huesos, y que nunca me deja sola. Fue una noche de diciembre, cuando regresaba sola a casa, que éste ser incorpóreo tomó forma, un adolescente de cabello y ojos blancos, sudadera celeste y un bastón curvado. ¿Por qué pareciera que ya me conoce?