Valentino-
Bruma
Los que han cruzado alguna vez el bajo Caribe en barco sabrán al instante de lo que les hablaré a continuación: que existen, en estas costas siempre extensas, blanquísimas y cubiertas de selva verde, fenómenos que podrían calificarse de inexplicables, y no me refiero con esto a los sucesos que normalmente ocurren, de año en año, en la zona del Triángulo de las Bermudas, que, para mí, no son más que accidentes y descuidos profesionales.
Me enfocaré en describir uno de los fenómenos más extraños que jamás haya presenciado sobre la cubierta de un barquito pesquero impulsado a vapor, el «Bombón Playero», propiedad de un norteamericano exiliado en Puerto Cortés, profesor de biología en el pasado y que sentó cátedra en algunas universidades de la hoy emergente ciudad de Nueva Orleans.