Luke no quiere hablar de su ex y Sam no quiere hablar de su familia. ¿Cómo ser novios así? Simple: preocupándose solo por tener su primera vez. Luke extraña a su madre, fallecida hace poco, mientras que Sam intenta impulsar a su amigo Derek a cumplir con todos sus sueños en el mundo del modelaje, enfrentándose a rincones muy oscuros de una industria artificial, desalmada y perversa. Vanessa quiere a Sam. Lo quiere solo para ella y tiene sus planes, escritos en un cuaderno negro por el cual todos temen, pero que pocos conocen. Luke y Sam saben que la vida es mucho más de lo que tienen ante ellos, pero por algún motivo que no comprenden no consiguen atreverse a ir más allá de sus padres, sus amigos e incluso de ellos mismos para vivir plenamente. Ellos creen que la vida es simple, que uno se complica todo solo porque sí, pero no podrían estar más equivocados. Ellos lo quieren todo, pero no están dispuestos a dar nada a cambio.

Sam le cuenta a Luke su pasado con Frank, involucrando detalles tan oscuros como muy lamentables que complican a varios personajes que ya han aparecido, pero de los que realmente conocemos muy poco. Derek sufre un gran estrés post traumático tras su secuestro y abuso, a su vez que debe cuidarse de amigos no tan bienintencionados y enemigos emergentes, como Gregory Blanch, el psicópata hermano menor de Patrick. Vanessa continúa edificando sus planes y se prepara para dar su gran golpe, el que ella ha nombrado como su JUGADA SINIESTRA. Luke y Sam creen estar listos para enfrentar lo que sea que la vida les ponga en frente, pero no tienen ni idea de la oscuridad que les espera. Ellos creen que con el amor es más que suficiente, que el resto de las cosas simplemente se van acomodando alrededor de los sentimientos, pero no podrían estar más equivocados. Ellos ya no esperan nada, y a su vez, lo siguen queriendo todo.