Avery comienza su relato con una advertencia: la historia de amor que está por contar es tanto hermosa como trágica. Todo empieza en la tienda de flores de la madre de Avery, cuando Diana entra un día para comprar un ramo de flores, un gesto sencillo que cambia por completo la vida de Avery. En ese momento, algo se enciende entre ellas, y una conexión instantánea las une en una historia de amor que parece destinada a florecer. Pero el destino tiene otros planes. Diana se ve obligada a irse de viaje, dejando a Avery con la promesa de que siempre estará a un mensaje de distancia. Aunque la distancia física las separa, el vínculo que comparten nunca se rompe. A medida que la historia avanza, Avery revela las complejidades de un amor que desafía las circunstancias, pero que también está marcado por el sufrimiento, la separación y las decisiones que pondrán a prueba su conexión. Entre la belleza de su relación y las inevitables pruebas que enfrentan, Avery escribe con esperanza y dolor, dejando un testimonio de un amor que, aunque fugaz, será eterno en el corazón de quien lea esta carta.

Si tan sólo supiera que la Christina que dejó ir hace años reamente murió allá. Ya no quedaba nada de esa chica atrevida y rebelde que actuaba por impulso y amaba con locura. Regresó un ser humano roto con más pecados que sueños por cumplir; con más remordimientos que amor propio. Estando allá me perdí y no sé si me vuelva a encontrar. **CONTENIDO PROTEGIDO POR SAFE CREATIVE**