Un cliché de navidad
Volver a tu hogar en el que viviste casi toda tu vida, esperando que tu familia comprenda que a tus treinta y dos años aún no consigues pareja, es ir directo al caos. - ¿Y yo que recibiré a cambio? - Pues, que tu familia no piense que sigues soltero a tus treinta y cinco - habló con obviedad.