Kayla Weiner empieza a contar los días que faltan para la navidad el primero de enero. Todos los años traza un plan acerca de cómo pasará las fiestas, de manera que sea perfecta, pero este año, todo se le viene abajo cuando, no solo es trasladada a otra sucursal de la empresa en que trabaja, sino cuando descubre que su jefe no celebra la navidad, y que además no planea darle las vacaciones que se merece. Kayla intenta que el cambio no arruine sus planes, pero nada parece salirle bien, y en medio de todo ese desastre está su jefe, arruinando su navidad.

Suelo ir contra tipos malos en mi trabajo todo el tiempo, soy un experto en acabar actos malvados desde los 16 años, jamás comprendí el punto de lastimar a otros ¿porque lo hacían?, pero cuando me dijeron que él hombre que amé en secreto durante mi adolescencia había muerto, entonces entendí porque la gente se aferraba a los sentimientos vengativos. Una vez fui poseído y fui un gran villano, hice cosas malas solo por diversión, no era yo, pero tengo esos recuerdos plasmados en mi memoria como si yo los hubiera hecho, nadie sabe de lo que el gran detective Stilinski es capaz de hacer con un poco de ira corriendo por sus venas. No permitiré que el mundo siga con vida si Derek Hale no está en él.

La segunda parte de: Mi Amada Rosa Negra ¡Hay vampiros en Beacon Hills! El pueblo dominado por criaturas de la luna es invadido por una nueva especie peligrosa. Despiadados chupasangres. Stiles Stilinski estaba logrando todas las cosas que se había propuesto a sí mismo cumplir. Y con esto esperas que su vida esté yendo como un cuento de hadas... pues no, su vida perfecta tiene un pequeño contratiempo, uno con nombre y apellido. "Cleopatra Buckley" y su manada vienen a Beacon Hills y junto con ellos llegan muertes misteriosas, pero da la casualidad de que aquellos que mueren tienen antecedentes criminales. Para Stiles estas muertes no son más que un caso más en su vida de detective hasta que muere cruelmente su antiguo entrenador de Lacrosse, Bobby. Esto despierta en Stiles las ganas de arrestar a los culpables.