-Quizá no sepa amar a todas esas cosas que tu adoras.- Le contestó.- Odio al mundo y nadie me interesa lo suficiente, pero por ti, Mila, lo reduciría todo a cenizas. Calim Lévedeb era el jefe de la fracción más poderosa de la mafia rusa en Nueva York. Desde niño fue entrenado como una máquina para matar, sin más sentimientos que aquellos de desprecio hacia sus enemigos y una profunda lealtad a su familia. Cuando su hermano menor es secuestrado, espera que sea una maniobra de sus enemigos para desestabilizarlo; pero la vida nunca te da lo que esperas, y ese día Calim conoció a la mujer que rompería todas sus barreras. Mila Smith no era nadie. Su padre solía llamarla la mujer más feliz del mundo, pero en la realidad no era más que una persona normal y corriente. Cuando perdió la vista en la niñez, aprendió que la gente a su alrededor siempre la vería como alguien diferente, por lo que puso todo su empeño en ser independiente, libre pero sobretodo, alegre. Un día, sin saber porque, es secuestrada y a partir de ese momento su destino queda unido con el de Calim Lévedeb. Juntos aprenderán que ojos que no ven, corazón que siente.

Mar es una chica simple, sin mucha gracia y un poco torpe. Su vida no es mejor ni peor que la del promedio de personas, eso sí, un tanto más aburrida que la de sus amigos de la universidad. Mar, es una estudiante de medicina la cuál es forzada a estar en dicha carrera debido a sus padres doctores. Su mundo cambia repentinamente cuando su mejor amiga, la invita a salir de fiesta junto con el chico que se gusta de ella. De todo pasa en aquella fiesta, sin mencionar, que Mar muere ésa noche... La vida me Mar no termina con su muerte, no, no; sino, que comienza cuando ésta... es enviada al inframundo por error. **Ésta historia no sigue las reglas de la mitología griega, por lo que, verán varios conceptos mezclados entre sí de manera intencional** © Este libro esta registrado bajo la Ley de Derechos de Autor con la Oficina de Derechos de Autor de los Estados Unidos. Cualquier copia, divulgación, o uso inadecuado, será penalizado de acuerdo con la Ley de Derechos de Autor de los Estados Unidos.

Violette Anderson es la chica que esperas que te salude a la mañana en la escuela, amable, femenina, inteligente y la mejor en todo. Literalmente. Todos la conocen por el apodo "La Duquesa" ya que su familia era una de la mas ricas, y por su actitud. Todo su futuro lo planeaba ella. Y a pesar de siempre mostrar la imagen perfecta, solo los que la conocían sabian como era en realidad. Todo se le fue abajo cuando sus padres desvían su destino. ¿Los matrimonios arreglados siguen existiendo?, al parecer si. Al ser unos ausentes padres, no fue mucha la sorpresa de Violette, pero si mucho enojo. Eros Wild era uno de los mas sobresalientes de toda la ciudad, con fama de dominante, magnate y apuesto, pero también solitario. Su apodo era el mas alto, "El Rey" Todo cambia cuando se casa con la pequeña Violette, y para asegurarse de tapar lo arreglado, su matrimonio luce feliz en las camaras. Pero no detras de ellas. Ambos tenian planes distintos durante su estadía juntos, Eros iba por lo que queria, demostrando ser quien mandaba y quien imponia las reglas. Mientras que Violette, sacaba poco a poco su esencia, la que ocultaba de todos, y la que seria la perdición de el. Eros seria otras de las victorias de Violette, porque ella siempre ganaba. +18 1° Relojes y Corbatas

El pelo suspenso en llamas. Los extremos de mis dedos ligeramente congelados. Los ojos teñidos en un distintivo color violeta. La mente colapsada con un torbellino repleto de ideas. Todos y cada uno de estos elementos forman parte de mi ser cuando se sumerge en el descontrol. Un descontrol capaz de arrasar con todo lo que se encuentra por el camino, pero que me libera del tenebroso pasado que me carcome. He intentado controlarlo con todas mis fuerzas, pero por algún motivo no puedo evitar sentirme en paz al encontrarlo. Los sucesos de los últimos meses se atropellan desordenados en mi cabeza. Las injusticias. Las muertes. Los secretos. Pero todo queda en segundo plano cuando recuerdo el color de sus ojos. Esos preciosos ojos café, capaces de quitarme el sueño y despertar cada centímetro de mi cuerpo.