Cuenta una leyenda que las personas destinadas a conocerse están conectadas por un hilo rojo invisible. Este hilo nunca desaparece y permanece constantemente atado a sus dedos, a pesar del tiempo y la distancia. Jeon Jungkook proviene de una familia coreana encargada de cuidar el templo del Dios Namu, además de que se les han asignado ciertos dones y poderes para poder resguardar y ayudar a aquellos que desean encontrar a su alma gemela. Esos poderes para Jungkook son una maldición, no desea saber nada del hilo rojo, ni de parejas predestinadas y mucho menos encontrar a su alma gemela. Durante años ha renegado de su don y tratado de controlar sus poderes. Pero nadie puede escapar al destino. Su alma gemela no es nada de lo que él esperó, no es una mujer y para colmo no puede comunicarse con él de forma normal. El dios del amor había escogido para él una pareja masculina con un problema médico que lo había dejado sordo años atrás. ¿Su suerte podría empeorar? A Jungkook no le quedó más remedio que aceptar los poderes mágicos que le fueron otorgados y utilizarlos para encontrar una manera de romper el lazo que lo une a Taehyung. Estaba seguro de que existía una manera de cambiar el destino y él estaba dispuesto a encontrarlo.