+18 | Keyra Nash tiene un problema y con él solo obtendrá otro. El día de las tragedias para Keyra se conforma por la infidelidad de su novio, sus pocos deseos de dormir bajo ese mismo techo y el fatal hecho de que no tiene a donde ir ni a quien recurrir además de su mejor amiga. ¿La solución que ella le ofrece? Infiltrarse en la casa de su hermano solo por una noche, sin embargo, ninguna contaba con que él regresaría antes de lo previsto y la encontraría allí.

Sawyer Evans lleva enamorado de Mackenzie Rogers desde que se enteró del significado del amor. Ambos son conscientes de la tensión entre los dos por más que Mackenzie quiera ignorarlo y seguir engañándose y pensando que su novio Marcus es el indicado, porque está aterrada de empezar a sentir lo que no debería por Sawyer, el hermano mayor de su mejor amiga. Pero la edad y el hockey hicieron que Sawyer se convierta en uno de esos chicos que roban suspiros, risas y corazones. Se dice que algunas cosas están destinadas a ser. ¿Y las que no? Sawyer hará que lo sean. *** AVISO: Mackenzie es un personaje secundario que aparece en "The Same Heartbreaker", pero no es necesario leerla para entender este libro, puesto a que este está ambientado 5 años después de "The Same Heartbreaker" Empezada un 13/06/2019 Terminada un 26/04/2021 OBRA REGISTRADA EN SAFECREATIVE.

Rebeca Evans, una fanática del romance y de los libros que la hicieran sentir mariposas. Y, a pesar de que deseaba ser querida igual que las protagonistas de sus libros, nunca creyó que su historia de amor llegaría tan rápido a ella y menos una en donde no todo pintaba color de rosas. Tras el encuentro con un chico de mirada de ensueño, en el lugar menos esperado para encontrar a aquella que llenaría tu vida de alegría -en el término romántico-, Rebeca se ve involucrada con él sin saber que consigo trae un secreto. Y no uno común, si no uno muy doloroso. Para ella, él era su primer amor. Y para él, ella era su último amor. Y aunque juraron amarse para siempre, muy pocas veces esa palabra es eterna. «𝘚𝘪 𝘮𝘦 𝘩𝘶𝘣𝘪𝘦𝘴𝘦𝘯 𝘥𝘪𝘤𝘩𝘰 𝘢𝘭 𝘤𝘰𝘮𝘪𝘦𝘯𝘻𝘰 𝘭𝘰 𝘮𝘶𝘤𝘩𝘰 𝘲𝘶𝘦 𝘮𝘦 𝘪𝘣𝘢 𝘢 𝘥𝘰𝘭𝘦𝘳... 𝘵𝘦 𝘩𝘶𝘣𝘪𝘦𝘴𝘦 𝘢𝘮𝘢𝘥𝘰 𝘪𝘨𝘶𝘢𝘭.»

-¡Ella es un monstruo! ¿No lo ves? Lo agarro de la base de su garganta, apretando mi agarre lo suficiente como para sentir los tendones de su cuello moverse bajo mis dedos. -Podrá ser un monstruo, pero es mi monstruo. -siseo entre dientes. -Es el fino hilo de mi cordura y créeme que no quieres verme en mi mayor estado de locura. Si antes te parecía peligroso, te aseguro que si te acercas, respiras o miras en su dirección, no dejaré vivo ni tu recuerdo. -Pe-pero... ¿qué es ella? -Mía.

ELIZABETH Mi orgullo es mi enemigo, sé que a veces actuo por simple impulso, pero me es imposible no controlarme cuando de Daniel se trata. Es mi coronel y amigo de infancia. Nuestras familias se conocen antes de ambos nacimos. Me ha gustado por muchos años, pero él no lo sabe, es mi secreto. Daniel es una de las personas en las que más confío, apesar de nuestras peleas de niños chiquitos, nos apoyamos, ¿por qué? No lo sé, tal vez es por la amistad duradera. No hay nada que duela más que un amor no correspondido. DANIEL No hay día en que no piense en ella, es la mujer que se clavó en mi cabeza y corazón desde hace muchos años, pero no es nada más que mi amor platónico. Siempre estoy cuidando de ella, aunque no lo note o no sepa, estoy yo ahí cuidando su espalda. Soy su escudo en cada batalla. Elizabeth es mi general, por ende debo protegerla. Hace mucho se dejó del imbécil de su ex novio y es momento de volverla mia, como siempre quise. Pero, si tan solo lo que yo siento fuese recíproco... Una historia con amoríos, amistades, misiones de alto riesgo, traiciones, muertes, venganza, mafias, secretos, obsesiones enfermizas, pasados oscuros, muertos que vuelven del Inframundo y más...

Barbie Rockefeller, hermosa, universitaria y con una herencia multimillonaria gracias a la empresa petrolera que fundó su padre hace tantos años. Acostumbrada a estar sola, la vida loca y complacerse a sí misma, nunca imaginó el placer que vendría con su nuevo jefe y amigo de su padre. Keelan Dimou, griego, confiado en sí mismo, con una empresa de telecomunicaciones de nivel internacional. Acostumbrado a lo decoroso e integro, nunca imaginó lo excitante que sería dejarse llevar por una chiquilla escandalosa con lengua viperina.