Diario de una confesión
Mi historia no es suave, ni armoniosa; tiene sabor a insensatez, locura, confusión, como la vida de aquellos que no quieren mentirse más a sí mismos. Ana era hermosa e inteligente, ya había encontrado a su príncipe azul y lo tenía todo o al menos eso creía, hasta que lo conoció a él y puso a temblar su mundo, sus val...
Concluídas
Maduro