Te cantaré cada día
Nadie es lo bastante valiente o estúpido como para irrumpir en la casona embrujada de Santa Úrsula, nadie excepto Ezequiel Barrera, un pobre tonto que sueña con ser cantante, y que decide meterse para robar la fruta que crece en el jardín. Esta decisión lo lleva a conocer a Azúcar, el dueño del lugar, quien le propone...
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