| Más que su jefa |
Miranda Priestly era todo lo que una mujer desearía ser. Era simplemente perfecta. Tenía glamour, clase, prestigio, belleza, fama y una cuenta estimada con muchos ceros a la derecha. No tenía esposo, no tenía hijos, tenía amplia libertad. ¿Qué más desearía alguien? Andrea la veía como a una divinidad y es que sincera...