Aferrarse o Dejarlo Ir - Kunigiri
A Kunigami le encantaba correr por la playa al amanecer. Quizá lo que más le gustaba era la sensación de novedad que le producía cada amanecer, la sensación de que algo mágico brillaba en la superficie del océano. Y ahora, cada vez con más frecuencia, el chapoteo ocasional de algo grande, siempre con el rabillo del oj...