Novia por treinta días (Jenlisa)
Hace treinta días, mi jefa, la Sra. Kim de Wall Street, vino a mí con una oferta que no podía rechazar: Firmar con mi nombre en la línea punteada y pretender ser suprometida durante un mes. Si accedía, ella me dejaría salir de mi contrato de trabajo (del cuál me quería liberar hace mucho tiempo) con un paquete de inde...