Izuku a temprana edad fue separado de su madre, siendo obligado a convertirse en un Maiko. Su vida se limitaba a servir té, cantar y tener clases todos los días sobre los modales, convirtiéndose en un bucle infernal. No obstante, un día, se encontraba en medio de un bosque, consiguiendo así su tan anhelada libertad. Y así, conoció a un lobo bastante gruñón, que le salvaría la vida del abismo que conocía. Esta historia es un One Shot que prometí hacer para cuando el Wonder Duo ganara las votaciones de la kyoto tower y...Aquí está!

Las flores brotan de la noche a la mañana como si fueran lunares aunque se asemejan más a tatuajes tenues. Cada flor, así como su color, nos habla de la personalidad de cada uno. Su ubicación identifica el tipo de persona: Pecho, espalda alta y hombros para un alfa (fuerza, fiereza y protección); manos, piernas y cara para un beta (trabajo duro, seguridad y confianza); y por último, abdomen, estómago y espalda baja para los omega (maternidad, dulzura y sensualidad). Cada año los tatuajes se afianzan, florecen y se extienden por el cuerpo de cada persona. Con dieciséis años Izuku no posee una flor, pero en su memoria destella el rojo de los gladiolos contra la piel de Katsuki. Es el recuerdo que tiene y con él se aviva su deseo de volver a casa; pero las cosas nunca son fáciles. (AU. Tres reinos y una guerra a punto de estallar)