Segunda entrega de la trilogía "El color del pecado"

Hace nueve años, Rhett Gray era todo lo que Alayna Keller deseaba... hasta que la abandonó en el peor momento, llevándose consigo sus sueños y dejando cicatrices imposibles de borrar. Desde entonces, ella aprendió a sobrevivir detrás de muros y silencios, incluso en el club Aurora, donde el dolor se confunde con deseo y los secretos nunca duermen. Pero cuando Rhett vuelve, con la mirada marcada por la guerra y la determinación de recuperarla, el mundo de Alayna se vuelve a tambalear. Él no es el mismo chico que partió, y ella ya no es la joven ingenua que lo esperaba. Aun así, cada roce, cada palabra no dicha, reaviva una pasión que creían enterrada. Ella juró no volver a caer. Él no está dispuesto a rendirse. El hombre que la rompió... es el único capaz de salvarla.

Emily siempre tuvo claro lo que quería: terminar sus estudios, cumplir sus metas, vivir tranquila con su familia y sus amigos, que nunca han fallado. Pero hay presencias que llegan sin avisar... y otras que nunca se han ido. Desde hace unos meses, algo -o alguien- ha entrado en su vida. Con él, un juego ha comenzado. Uno que no entiende. Uno del que no pidió formar parte. Y en este juego, las piezas no son lo que parecen. Hay secretos enterrados, mentiras heredadas, preguntas que nadie se atreve a responder... y un asesinato antiguo que podría repetirse. El tablero está preparado. El tiempo corre. Alguien tendrá que decir jaque mate. ¿Pero quién lo hará antes de que todo se hunda? Todos los personajes son ficticios, la historia es totalmente inventada. Leed, comentad pero sobre todo disfrutad de Emily Carter.