Lo llamaron "infección". Una enfermedad que arruinaba todo lo que tocaba. Pero él solo quería jugar fútbol. Goku fue un chico con talento, hambre de gloria y un sueño que lo impulsaba. Pero el mundo le dio la espalda. Perdió todo: el respeto, la pasión, los amigos... y a ella. Esa figura que aparecía en sus recuerdos como un faro en la oscuridad. Su voz, su sonrisa, su cercanía... todo parecía tan real. Pero mientras más crece el vacío, más duda: ¿realmente existió? ¿O fue solo un consuelo inventado por su mente solitaria? ¿Un sentimiento falso? ¿Una ilusión que su corazón creó para no romperse del todo? Ahora, sin nada que perder, acepta un lugar en Blue Lock, un proyecto despiadado donde solo los delanteros más egoístas y ambiciosos pueden sobrevivir. Para Goku, no es solo fútbol: es el único camino que le queda para reconstruirse... o terminar de desaparecer. Porque incluso una enfermedad puede aprender a volverse indispensable. Y en Blue Lock, solo los más peligrosos sobreviven.

En un reino donde la nobleza brilla más que el sol, donde las tradiciones pesan más que la verdad y las espadas cortan tanto como las palabras, un nuevo rey ha sido coronado... pero nadie lo sabe. Goku, un niño de orígenes borrosos y pasado oculto, ha sido empujado al trono como una figura de poder que nadie se atreve a cuestionar... y que nadie realmente conoce. Aunque lleva corona, su alma sigue aferrada a los juegos, los cuentos de batallas y una inocencia que desentona con la rigidez de los altos mandos. Mientras los capitanes discuten política, él pregunta si los futuros caballeros lloran, tropiezan o usan trajes ridículos. Y sin embargo, en medio de sus travesuras, se esconde algo más: una soledad antigua, una necesidad de pertenencia y un miedo silencioso a romper un mundo que apenas está empezando a descubrir. Julius, el Rey Mago, es el único que ve con claridad esa dualidad peligrosa y encantadora. Con las pruebas de reclutamiento a punto de comenzar, y cientos de aspirantes listos para demostrar su valía, Goku se mezcla entre ellos, no como monarca... sino como un niño más. Perdido, curioso, sin amigos y con el corazón latiendo más fuerte de lo que su rostro sonriente deja ver. Esta es la historia de un rey que no entiende su reino. Y quizá, de un reino que no está listo para ser entendido por él.