Tyler solía amar el mar. Campeón local de surf, hijo de una familia trabajadora. Hasta que una tarde, el mar le mostró su peor cara. Un accidente en medio de una tormenta cambió todo, desde entonces, no se ha subido a una tabla... ni ha vuelto a tocar el agua. Chloe trabaja como guía en el acuario del pueblo. Ama lo que hace, habla con pasión de tiburones, rayas y arrecifes, ella cree que el mar nunca se equivoca. Cuando a Tyler lo obligan a aceptar un trabajo temporal en el acuario -como castigo por armar un lío en el bar del puerto- lo último que quiere es que una chica de vestido azul lo mire como si supiera lo que le pasa. Ella quiere devolverle el amor por el océano. Él solo quiere pasar desapercibido. Pero el mar siempre devuelve lo que se lleva... incluso a quienes creían haberse ahogado en sus propios miedos.