El jeque Haidar Assim Ahmad era un mujeriego de cabeza a los pies, eso era algo que Jaela sabía con certeza desde que inició el trabajo de su guardaespaldas para pagar todas sus deudas ocasionadas por ella misma, después de haberse sumido en un profundo abismo de depresión por la pérdida de su primer amor, por lo que no fue nada difícil para ella resistirse a los encantos de ese hombre. Incluso se burló de que solo habría una ocasión en la que pasaría algo entre ellos. "¿Y bajo que circunstancia si te acostarías con él? " "Si se me diagnosticara una enfermedad terminal y poco tiempo de vida". Había dicho a sus compañeros de trabajo en broma. ¿Cómo fue que años después se le diagnosticó cáncer? Entonces sus compañeros le preguntaron si cumpliría esa promesa... ¿Y por qué no? Se quedaba sin tiempo para investigar y de igual manera moriría, ¿No? ¿No?

Le habían dicho a la reina Ostergaard que la soñaron en una isla en medio de una elección entre un tiburón y un ave, pero, ¡No pensó que sería literal en una isla! Milenka Ahmad había elegido a Erik Ostergaard después de que las cosas salieran muy mal con el primer príncipe de Dimark y ni siquiera sabía que estaba eligiendo a Erik hasta que la noticia le estalló en la cara, pero no se arrepentía, se había enamorado de él después de pensar que no podría recuperarse de nuevo. Todo iba de maravilla en su matrimonio hasta que se vio envuelta en medio de un problema con su ex y su esposo, ambos, hermanos y además varados en medio de la nada con viejos problemas sin resolver, dejándola en medio de la discordia. El tiempo se agotaba, sus vidas estaban en peligro y decisiones debían de ser tomadas. Elegir lo que se quiere no podría ser muy difícil, ¿O sí?

Sinopsis El negocio familiar se trataba de proteger. Entrenaron a Angelique para eso, así que no le sorprendió ser enviada a un pequeño pero rico país a proteger a un príncipe que creía era un mujeriego sin mucho cerebro. Todo se complica cuando el príncipe no es lo que le hacen creer. En un juego de poder donde ella termina en medio, nadie esperaba que pasara un severo contratiempo: enamorarse.

Adele pasó la mitad de su vida amando a un hombre sin ser correspondida, esperando pacientemente hasta que él aceptara la tensión que prácticamente se podía respirar entre ellos, pero incluso después de casi dar la vida por él nunca recibió nada más que "gracias" o "Eres la mejor compañera". Ella estaba cansada de esperar y decidió comenzar a vivir para sí misma ahora que su mejor amiga había encontrado el amor, pero no esperaba que él hombre de su vida le propusiera una última misión como su compañera y solo tenían que fingir estar casados mientras se infiltraban en secretos gubernamentales de gente muy peligrosa. Adele quería dejar de amarlo, pero el teatro estaba muy cerca de volverse realidad y todo era por su maldita culpa.