La preparatoria en primavera era la época más fresca del año estudiantil y se podía sentir en sus pasillos, era como una fusión de dopamina y serotonina que le agregaba al ambiente escolar una especie de energía agradable; no había conflictos, expulsiones, peleas o chismes relevantes o al menos así era para Dante. Pero esta primavera fue muy diferente para Dante cuando lo que jamás creyó que pasaría, pasó. August Blaze, el mismo alfa de aspecto frío y amenazante que era el capitán del equipo de fútbol americano, le declaró su amor. No era exagerado decir que Dante se atragantó con su saliva cuando vio el gran cartel que tenía escrito "¿Quieres ser mi omega/novio?" Con grandes letras y corazones rojos dibujados en medio.

Jiho siempre ha sabido que es gay. No es algo que ande proclamando, pero tampoco es un secreto que le quite el sueño. Todo en su vida parece bajo control, al menos hasta que su mejor amigo, Amadeus, un chico despreocupado y con una ligera tendencia a los comentarios homofóbicos, lo besa de la nada... y las cosas dejan de ser tan simples. Para Amadeus, las cosas siempre han sido la iglesia, sus amigos y las bromas subidas de tono. Pero después de aquel beso, sus propias normas se derrumban. Está seguro de que es heterosexual, pero ¿qué tan hetero puedes ser cuando terminas follando a tu mejor amigo? Y peor aún, ¿cómo lidias con el hecho de que eso te guste?

Noah Taylor es un magnate dueño de una de las empresas de cosméticos más importantes de Inglaterra y obviamente es un alfa, como todas las personas con poder de Londres. Todos alfas como si solo ellos fueran los únicos capaces de lograr tales puestos. Caleb es un "simple" oficinista que trabaja para el magnate Taylor. Su relación no se hubiera visto complicada si no fuera por una noche llena de tragos y la suite del alfa. Caleb se miró al espejo, estupefacto; lo habían marcado. Para ser más exactos; su jefe lo había marcado. Caleb estaba consciente que al ser un omega sus posibilidades de ascender en la sociedad eran pocas y ante su más mínimo error sufriría fuertes consecuencias. Y por lo visto esto era un error muy grande. El mismo alfa que lo solía ver cómo si no fuera más que un omega simple, que lo juzgaba con su mirada fría de arriba a abajo y lo ignoraba, ese mismo alfa lo había marcado. Era una noche de sexo. Una simple noche de sexo y acabo con una marca en su cuello.