Martin y Juanjo crecieron juntos, inseparables, compartiendo tardes de bicicleta, secretos bajo las sábanas y promesas susurradas al oído. Eran más que mejores amigos: eran dos mitades de un todo que parecía irrompible. Pero una noche lo cambió todo. Cuando Martin descubrió una verdad devastadora sobre su familia, algo en él se quebró. El chico dulce, risueño y lleno de luz desapareció sin dejar rastro, reemplazado por una sombra de sí mismo: frío, distante, peligroso. Comenzó a meterse en peleas, a ignorar a Juanjo, a actuar como si nunca lo hubiera conocido. Y Juanjo, atrapado entre la confusión y el dolor, solo podía mirar cómo el amor de su vida se alejaba... sin poder hacer nada para detenerlo. Los años pasaron. Las heridas nunca cerraron del todo. Aunque sus caminos se separaron, nunca dejaron de buscarse en las sombras. Ahora, el destino los vuelve a juntar. Pero quizás, después de todo, la verdad que los separó no era lo que parecía.

Es una tontería, pero cuando cierro los ojos lo primero que me viene a la mente eres tú.

"Lo mira bien ahora, y se da cuenta de que debe ser el tal Martin del que hablaban antes. Tiene el pelo más o menos largo, en un estilo mullet - pelo que claramente no se ha molestado en peinar. Lleva un bigote que en cualquier otra persona Juanjo encontraria ridículo, pero a él le queda bien; y sus ojos son de esos que te invitan a mirarlos durante horas, aunque solo sea para decidir si realmente son marrones o verdes. Es demasiado, demasiado guapo para ser real. Es, irritantemente, el tipo de chico que le hace a Juanjo perder la cabeza. Podría ser el chico más guapo que ha visto en su vida, de hecho. Joder, acabo de derramar cerveza sobre el chico más guapo que he visto en mi vida, piensa. Podría morirse ahora mismo." Juanjo y Martin se conocen en el Club LGBTQ+ de la universidad.

Soñé [despierto] que corría por una calle de azulejos de un pueblo en algún lugar. Y tú venías detrás de mí, no como quien corre para alcanzar algo, sino como quien ansía conocer algo desconocido. Llevabas una cámara en la mano, capaz de capturar todo aquello que yo nunca podría ver, todo lo que dejé escapar. Pero que contribuiría a avivar la memoria de semanas que, en realidad, nunca sucedieron... ¿cierto? ¿Qué tan tonto es soñar con algo que nunca tendré, por el miedo que tuve de arriesgarme?

Martin ha sido siempre un chico tranquilo y tímido, apasionado de la danza y de los videojuegos. Cuando llega a Madrid para estudiar ingeniería naval, una carrera que no le entusiasma para nada, jamás se hubiera imaginado que acabaría liado en una fiesta con Juanjo, su futuro compañero de proyecto en La Feria de la Física, una pequeña competición sobre problemas y ejercicios de física llevada a cabo por diferentes universidades de Madrid. Juanjo se enfrenta a su tercer año de carrera sin ninguna gana, pues sabe que lo que está haciendo no es lo que le apasiona realmente. Sin embargo, tras conocer a Martin de manera fortuita en una fiesta y verse obligado a pasar tiempo con él para poder ganar La Feria de la Física, Juanjo comienza a darse cuenta de que en la vida lo más importante es perseguir sus sueños y ser él mismo, aunque eso signifique afrontar sus propios miedos o defraudar a su entorno. Martin y Juanjo no pueden ser más opuestos, y sin embargo una fuerza magnética les atrae el uno hacia el otro, como si fueran los polos opuestos de dos imanes. El problema es que Juanjo está aún dentro del armario, y que Martin tiene un exnovio que parece hacerle la vida imposible... Nada es fácil de controlar para ambos chicos, y mucho menos de quien se enamora cada uno. Porque en el amor lo mejor es dejar que todo fluya según las leyes de la física.

Mentir es algo humano, lo hace todo el mundo, sobretodo si es para beneficio propio. Eso no lo justifica ni mucho menos, pero es algo tranquilizador pensar en que hay más gente aparte de uno mismo mintiendo en el mundo. Y como es algo humano muchas veces es algo inevitable, algo que de primeras se hace sin pensar. Como decirle a tu familia que tienes novio cuando no lo tienes solo para que dejen de preguntar. Eso había hecho Martin, mentir, decir que tenía pareja. Y Juanjo, bueno, el simplemente se había visto arrastrado a la mentira de su compañero de trabajo.

Siempre es el cuarto set. Siempre. Cada vez que Juanjo Bona y Martin Urrutia se enfrentan en un Grand Slam, es el cuarto set el decisivo. Es el set que los deja empatados pero el set en el que con certeza deja ver quien será el ganador de ese torneo. Llevan compitiendo desde que empezaron a dedicarse al Tenis. Es el mismo tiempo que llevan sin soportarse. Y el mismo tiempo que llevan disputándose el primer puesto del Ranking ATP. La Copa Davis y unos partidos en pareja cambiará todo entre Juanjo y Martin, un revés que ni siquiera verán venir.

Juanjo y Martin tienen un plan: demostrarle a su amiga que el sexo no siempre acaba en amor. ¿El método? Vivirlo en primera persona. Solo una noche, sin dramas ni sentimientos, y todo por la ciencia. ¿Qué puede salir mal?

Juanjo y Martin lo perdieron todo: la amistad, el amor, la confianza. Ahora tras una tragedia, Sofía, una niña que tiene los ojos y la sonrisa de sus mejores amigos, será el único lazo que les quede. ¿Podrán dejar atrás lo que los separó... por ella?