Após ser traído e enganado por sua noiva, Colin Bridgerton prometeu a si mesmo que nunca se casaria. O que acontece quando, para conseguir a promoção de editor-chefe, ele precisa se mostrar uma pessoa disposta a construir raízes? Quando a aliança usada em sua mão, antes apenas para conseguir casos de uma noite, é vista pelos acionistas, Colin se vê afirmando estar casado. Agora, ele precisava de uma esposa de mentirinha, e o primeiro nome que vem à sua mente é o da mulher que ele não via há quatro anos. - "Penelope" - sorri para os velhos sentados na grande mesa de reuniões - "O nome da minha esposa é Penelope Bridgerton."

En esta historia de amor prohibido y deseo latente, Colin Bridgerton, un carismático y enigmático profesor de literatura, irrumpe en la universidad con su estilo provocador y poco ortodoxo, desafiando las normas tanto académicas como emocionales. Entre metáforas incendiarias y clases que parecen confesiones, no tarda en despertar la fascinación de Penélope Featherington, una estudiante brillante, reservada y aparentemente irreprochable, cuya mente aguda oculta un mundo de anhelos y cicatrices. Desde su primer cruce de miradas, una tensión eléctrica se instala entre ellos: una atracción irrefrenable que se intensifica en cada clase, en cada discusión sobre amor, muerte y redención en la literatura. Pero lo que empieza como una curiosidad intelectual pronto se transforma en un juego peligroso de miradas sostenidas, silencios cargados de significado y encuentros cada vez más arriesgados. Ambos intentan resistirse, conscientes de lo que está en juego: su reputación, su futuro, sus principios. Sin embargo, lo que no saben es que no están solos en este juego de sombras. Una ex amante despechada, un secreto del pasado enterrado bajo capas de poesía, y una traición que amenaza con destruirlos, se entrelazan en un torbellino de mentiras y medias verdades. Con cada página de sus vidas escrita a fuego, lo que comenzó como un amor imposible se transforma en una historia de obsesión, redención y venganza. Porque en este juego, donde las palabras pueden ser armas y los besos, confesiones, no todos saldrán ilesos.