Ignacio "Nacho" Vargas. Pero él ya no responde a ese nombre. En sus raros momentos de lucidez, se refiere a sí mismo como "Eco", porque siente que es solo el residuo distorsionado de una voz que ya no existe. Entre callejones, azoteas y amaneceres grises, Eco encuentra a Mia, Tatu y Luz, un grupo de inadaptados que como él buscan anestesiar la vida. Sin embargo, con ellos comienza a experimentar algo diferente: conversaciones que pesan, silencios que sostienen, momentos simples como comer tacos junto al río o jugar con sus hermanos que le recuerdan que no todo está perdido. El pasado, encarnado en Alex lo persigue en sueños y mensajes, amenazando con arrastrarlo de nuevo a la oscuridad. Pero el contacto humano verdadero, la amistad y el reconocimiento de su propio dolor empiezan a abrir una grieta en el muro que lo encierra. Eco es la historia de un joven que, entre la violencia familiar, la autodestrucción y la búsqueda de identidad, comienza a descubrir que no está condenado a ser solo un eco. Que quizás, con vínculos genuinos, puede volver a ser Ignacio.