Han So Min, de 18 años, tenía muy claro cual sería la meta en su vida, llegar a ser una pianista de prestigio. Para ello practicaba más de 4 horas diarias desde que tenía tres años. Nada ni nadie podía impedirlo, ni si quiera el hecho de estar en el último curso de secundaria, o al menos eso creía ella. Pero todo cambio cuando llegó su nuevo compañero de clase, Kim Tae Hyung. Tae Hyung era un chico de metro ochenta, pelo tintado y una sonrisa cuadrada que tocaba la guitarra y cantaba en un grupo de rock. Para So Min parecía que Tae Hyung había aparecido para ser un estorbo en su vida, cuando en verdad estaba para cambiarla.