Katherine Flores nunca pensó que dudaría de algo tan importante en la vida, jamás pensó que ese hombre tan inesperado podría causarle tantas emociones juntas. Su vida era tranquila y estable hasta que el doloroso pasado volvió a hacerse presente, haciéndola cuestionarse muchas decisiones que tomó. ¿Qué pasa si todo cambia de un día para otro? Dicen que los cambios son buenos, Katy espera estar en el camino hacia su felicidad y no nuevamente hacia la destrucción. Camilo Rodríguez es un cambio radical en el juego. ¿Podrá Katy volver a cambiar las reglas?

Él dijo que me amaba y yo le creí. Él me hizo olvidar todos los problemas, y disfruté cada segundo. Él hizo que el caos en mi mente desapareciera... por un momento. Mi mente está en una lucha constante, porque él se robó mi corazón. Lo que para el resto fue una mentira, para mi fue lo más real que me pudo ocurrir. Lo nuestro tenía los días contados y yo nunca lo supe, hasta que lo peor ocurrió. ¿Y después de eso? Solo me queda volver a vivir lo que llamaba vida, sin distracciones, sin nuevas personas. El único problema es que yo no decido a quien incluye mi destino, y espero que él se vaya tan rápido como llegó.

-Se llama Agustín - le digo. Blanca sonríe abiertamente, como si algún secreto al fin hubiera sido revelado. -¿Por qué sonríes? - le pregunto entre cerrando los ojos. -Es un lindo nombre - dice tranquila. -Si, lo es. Todo en el es lindo - le digo sonriendo con nostalgia. -¿A sí? -Si. Él es... perfecto en serio. Y no me refiero solo al físico- aclaro - Agustín es tan inteligente, bondadoso y tan buen hermano... Creo que me enamoré de la persona correcta en el momento incorrecto - digo sintiendo lágrimas llenar mis ojos. -Nunca es un mal momento para enamorarse, Ágata. - responde ella negando con la cabeza. Espero que sea cierto, porque ya no puedo decirle que no a mi corazón.