Masoquismo.
LilianaRascon
- ¿Y cómo fue?-.
- Distante, pero valió la pena, supongo-.
- ¿Le quisiste?-.
- ¿Debí haberlo hecho?-. Exhalé el humo del cigarrillo mentolado. - Tal vez un poco, tal vez aún lo haga-.
- Entonces, ¿Por qué no están juntos? -. Me miró confundida, sabía que tenía la razón pero no le concedería dicho gusto.
- Porque no estamos destinados a ser-. Apagué mi cigarrillo, tomé un sorbo de café y fingí interés en el chico de la mesa frente a nosotras.
- Siempre lo haces, finges que no te importa cuando el sentimiento te carcome por dentro, no está bien y lo sabes-.
- Sonreí amargamente; todo lo que decía era verdad, siempre pretendía ser la chica dura, la que vive pero no siente, la que sufre en silencio y sonríe de oreja a oreja todas las mañanas mientras camina por la calle. - "Estoy jodida y radiante, y viceversa" cité-.
- Te quiero amiga, pero tu masoquismo me sobrelleva en ocasiones-. Miró la pantalla de su celular, sonrío como siempre que recibía un mensaje del que era el "Amor de su vida".
Fingí ignorar dicho momento y eché mi mente andar; qué triste es andar por ahí despilfarrando amor sin siquiera saber si ambos laten al mismo unísono, tal vez era yo y mi "masoquismo" de siempre, tal vez era mi verdadero yo luchando por no ser reprimido por el realismo y crudeza de mi intento de supervivencia diaria. - ¿Todo bien?-.
- Sí, es que me acaba de mandar una imagen...-.
Escuché sin prestar atención, sonreía de vez en cuando dependiendo de su lenguaje corporal, gesticulaba demasiado y gracias a ello podía pasar desapercibida.
- ¡Qué cool!, algún día duraré mucho con alguien-. Mentí.
- Ojalá, lo mereces-. Me sonrió con plenitud, no sé cómo lograba escupir tanta felicidad, a veces yo lo hacía, pero no por una persona en específico, como sea, ambas sabíamos que había sólo un poco de verdad en dichas palabras, igual lo dejamos pasar.
(...)