chussx
El viento de la tarde se colaba por la ventana abierta, arrastrando consigo el murmullo lejano de la ciudad. Seungmin se sentó en su escritorio, la luz amarilla del escritorio iluminando su rostro cansado, pero aún fijo en el libro que tenía frente a él. Los años habían pasado, pero la cicatriz de su infancia seguía latente, oculta en los rincones de su mente. La misma cicatriz que Bangchan había dejado al burlarse de él, al ridiculizarlo, al llamarlo raro, cuando todo lo que Seungmin quería era encajar.
Cuando Seungmin llegó a la universidad, esperaba que el destino fuera más amable, pero el universo no tenía intención de serlo. Por pura coincidencia, ambos habían quedado en la misma universidad, en la misma facultad, en la misma habitación.