325 Kilometros sin encontrarte
Había una niña feliz, sin miedo a nada, sacaba la felicidad y la regalaba como quien cree que es para siempre. Una niña a la que le encantaba subir a trenes, que sacaba el lado bueno de las estaciones. Esa niña empezó a crecer y se dio cuenta de que no quería coger mas trenes, que lo único que hacían era alejarla de l...